La iglesia de los jesuitas, o de San Ildefonso, se construyó a partir del año 1628 en un solar en el que con anterioridad estaba emplazado el palacio de Juan Hurtado de Mendoza, sexto conde de Orgaz. En su construcción intervinieron diferentes arquitectos, destacando por encima de ellos los jesuitas Pedro Sánchez y Francisco Bautista, quienes se basaron en las trazas arquitectónicas tan características de la Compañía. En el año 1676 se colocó el retablo mayor y se dieron por finalizadas las obras.
Se puede acceder a lo alto de sus torres, y disfrutar de una de las vistas más impresionantes de Toledo, por encima de sus tejados.